Cuando uno empieza a plantearse la posibilidad de tener un sitio web, muchas veces surge rápidamente la pregunta:
¿Cuánto cuesta un sitio web?
Es una pregunta tan poco concreta como preguntar cuánto cuesta un coche.
Un coche cuesta lo que estemos dispuestos a gastar: un pequeño utilitario, un familiar, un deportivo, marcas de lujo, etc.
Responder a esa pregunta sin concretar más, es complicado ¿verdad?
Pues lo mismo sucede con los sitios web y es que no se puede decir un precio genérico para cualquier web sin llevar a confusión. Son muchos los factores que determinarán su coste y son diferentes en cada proyecto web.
Es imposible determinar un precio genérico para cualquier sitio web sin explicar los factores que determinan su coste y sin matizar que esos factores son diferentes en cada proyecto
Aquí no vamos a hablar de cuántos euros te costará la web de tus sueños, pero sí te explicaré cuáles son los factores de coste que repercuten en el precio final de un sitio web y que deberás tener en cuenta, si es que vas a iniciar tu proyecto web:
Lo primero que tienes que saber es que un sitio web conlleva unos gastos para el desarrollo y puesta en marcha de la web, pero también gastos adicionales por cada año que tengas la web en funcionamiento.
Los factores más significativos que influyen en el coste del desarrollo de la web, serían los siguientes:
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- Quién hace el desarrollo de la web (freelance o empresa)
- Experiencia del desarrollador
- Complejidad del proyecto
- Desarrollo basado en plantilla o desarrollo desde cero
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Los gastos adicionales que tendrás, siempre que la web continúe operativa:
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- Dominio
- Hosting
- Mantenimiento
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Puede que el desarrollador asuma alguno de los gastos adicionales durante el primer año, en concepto de puesta en marcha del proyecto.
Quién hace el desarrollo: freelance vs. empresa.
Si se trata de un freelance, el coste por hora de desarrollo suele ser inferior al de una empresa.
La comunicación y la gestión del proyecto con un freelance también será más cercana y directa que si lo hacemos con una empresa.
Si se trata de una empresa de desarrollo (agencia web, consultora de desarrollo web o como queramos llamarla) el coste será superior, pero también serán más los recursos empleados en tu proyecto.
Para proyectos web no complejos y que puedan ser desarrollados por una persona, que suelen ser la mayoría, un profesional independiente o freelance sería una buena elección.
Proyectos web más complejos requerirán la intervención de diferentes perfiles profesionales; como diseñadores gráficos, programadores web, técnicos SEO, expertos en comercio online y marketing, etc.
Para este último tipo de proyectos habría que pensar en una empresa de desarrollo.
Experiencia de quien hace el desarrollo.
Si trabajamos con un freelance independiente, su experiencia repercutirá en el precio que pagaremos por su servicio.
Un profesional nuevo en el mundo del desarrollo web nos aplicará una tarifa inferior a la que nos aplicaría un profesional con mucha experiencia.
De la misma forma, una empresa de desarrollo web de reciente creación y con poca experiencia acumulada, nos cobrará menos que otra agencia web de reconocido prestigio y contrastada experiencia.
Complejidad del proyecto.
Cada proyecto de web tiene una envergadura diferente.
Un sitio web sencillo puede constar de unas pocas páginas, como una página de inicio, otra de productos y servicios, una página ‘acerca de’ y otra última de datos de contacto. En total 4 páginas para dar presencia en internet a un pequeño negocio
En cambio un sitio web complejo puede tener decenas de páginas, cada una con diseños completamente diferentes, una página de inicio muy elaborada, puede integrar una tienda online, un blog, un formulario de contacto, páginas con acceso por contraseña, etc.
El segundo caso no tiene nada que ver con un sitio web sencillo y requerirá una inversión de horas de desarrollo mucho mayor, que repercutirá notoriamente en el precio final del sitio web.
Desarrollo desde cero o basado en plantilla.
Un sitio web puede desarrollarse a partir de una plantilla que ya esté diseñada. Esto reduce el tiempo de desarrollo, ya que se únicamente se desarrollará lo que sea necesario personalizar en la plantilla para que se ajuste a lo que queremos.
La otra opción es comenzar el desarrollo desde cero, creando una plantilla específica para el proyecto. Lógicamente hay que desarrollar toda la funcionalidad que queramos tener en el sitio web, son muchas más horas de trabajo y el coste del desarrollo de la web se dispara.
Y si es mucho más caro ¿por qué a veces se hacen desarrollos desde cero y no siempre se utiliza una plantilla?
Normalmente cuando el cliente pide el desarrollo desde cero de una plantilla exclusiva para su proyecto, suele ser bien porque el proyecto requiere una funcionalidad muy concreta que no está resuelta en ninguna plantilla prediseñada o porque se trata de un proyecto grande y exigente que requiere que el código programado cumpla unos estándares de calidad.
El desarrollo a partir de plantilla es recomendable siempre que sea posible. El desarrollador de tu sitio web podrá aconsejarte sobre cuál de las plantillas con las que habitualmente trabaja puede ser mejor para tu proyecto.
Dominio.
El dominio bajo el cual estará accesible tu sitio web, lo puedes registrar tú mismo a través de uno de los muchos proveedores de dominio que operan actualmente o dejarlo en manos del desarrollador de la web y que te lo facture como servicios de puesta en marcha de la web.
Si no tienes muy claro qué es un dominio, te recomiendo que leas esto: ¿Qué es un dominio?
Se trata de un gasto que tendrás que afrontar todos los años, ya que el registro habitualmente se hace por un año y en los sucesivos años tendrás que ir renovándolo.
El precio anual suele rondar entre 5 y 15 euros, aunque si tienes claro que el dominio lo vas a retener entonces puedes registrarlo por 2, 3 o incluso más años (pagando por adelantado los años que decidas registrar)
Hosting.
El hosting es el alojamiento en el que tu sitio web estará disponible para el resto de usuarios de internet.
Es muy importante, porque es donde se almacena todo lo que hace que funcione tu web y tiene una influencia directa en la velocidad de carga de la web (importante para el posicionamiento) y en la experiencia de usuario (a mayores prestaciones del hosting, más fluidez al movernos dentro del sitio web)
Si decides externalizar el alojamiento de la web, puedes contratar un hosting compartido si tu web no requiere muchos medios o un servidor privado virtual (VPS) si necesitas mayores prestaciones.
El precio del hosting externo varía en función de las características del servidor (procesador, memoria RAM, tipo de disco duro y espacio de almacenamiento) así como de los servicios adicionales contratados (cuentas de correo, copias de seguridad, asistencia técnica, etc.)
Si por el contrario prefieres tener el sitio web en un servidor físico en tu oficina o despacho, puedes hacerlo pero debes tener en cuenta lo siguiente:
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- Necesitarás una dirección IP estática
- La conexión a internet debe ser de banda ancha, especialmente si esperas tráfico alto en tu sitio web
- La red local a la que esté conectado el servidor, no puede tener cuellos de botella y debe tener un rendimiento óptimo.
- El hardware del servidor tiene que tener alta respuesta en operaciones de lectura: recomendable disco duro SSD y no escatimar en memoria RAM y procesador.
- Necesitarás implementar un plan de copias de seguridad para el contenido de la web y los componentes instalados.
- Es recomendable invertir en algún sistema UPS que garantice el funcionamiento del servidor en caso de corte del suministro eléctrico
- Ten en cuenta que es muy probable que aun cumpliendo los anteriores requerimientos, el rendimiento del servidor web ubicado en tu oficina no llegue a igualar al de un VPS en un hosting profesional.
Mantenimiento.
Tu sitio web necesitará ir actualizándose conforme pase el tiempo, para seguir funcionando correctamente.
Estas actualizaciones pueden ser de software, como nuevas versiones de los componentes instalados; o puede tratarse de actualizaciones de hardware para alguno de los componentes físicos del servidor, como un aumento de memoria o espacio en disco.
Las actualizaciones deben llevarse al día para que tu sitio web funcione correctamente con el paso del tiempo
También debe tenerse en cuenta (si es que el servicio de hosting no lo contempla) la cuestión de las copias de seguridad, que deben hacerse a diario y respaldar tanto la base de datos como las carpetas de instalación del servidor web.
Las copias de seguridad te permitirán restaurar tu web en caso de desastre como la pérdida del disco duro o un fallo físico del servidor
Si tu web la desarrolló una empresa, seguramente te ofrecerán un servicio anual de mantenimiento.
Si no es así, deberías tenerlo en cuenta y buscar un servicio de mantenimiento ofrecido por terceros o plantearte gestionar tú mismo las actualizaciones y copias de seguridad.
Conclusiones.
Como has podido ver, el coste de una web puede ser muy distinto según cada caso.
Como dato orientativo, una página web básica, que incluya 4 o 5 páginas y un gestor de contenidos, viene a salir por unos 150-200 euros; mientras que una web corporativa que incluya blog, tienda online y un plan de SEO puede resultar al acabarse el proyecto, por unas cuantas decenas de miles de euros.
Entre la opción más barata y la más cara, existe todo un abanico de posibilidades que tendrás que valorar.
Un consejo: Sé realista y no sobredimensiones tu proyecto. Si tus necesidades son básicas y estás empezando, hazlo sencillo y ahorrarás tiempo y dinero. Si se hace bien, no tiene por qué haber ningún problema si más adelante necesitases ampliar tu sitio web con nuevas funcionalidades.
En el rango que va desde las webs sencillas hasta las de mediana complejidad, Loremalle te ofrece opciones para todos los bolsillos y estaré encantado de explicarte los pros y los contras de cada opción.