¿Es una página web barata, una mala página web?

Tendemos a conceder valor a las cosas en función de lo que pagamos por ellas. Somos así y aunque muchas veces es cierto que lo barato sale caro, no siempre la opción cara es la mejor ni la más barata la peor.

Este dilema que tantas veces se nos plantea cuando buscamos un producto o servicio de cualquier tipo, también se presenta cuando vemos los precios tan diferentes que puede tener el desarrollo de un sitio web.

Ya hablamos de algunos de los factores que repercuten en el precio de un sitio web, te pongo el enlace por si quieres echarle un vistazo: ¿Cuál es el precio de una página web?

Se puede tener un buen sitio web gastando poco dinero, pero es importante conocer los motivos por los que el sitio web resulta económico.

Y es importante conocer esos motivos previamente, antes de comenzar el proyecto. Para esto es fundamental que quien vaya a desarrollar el proyecto web, nos explique a qué cosas renunciamos para que resulte tan barato.

 

Porque básicamente se trataría de eso, de prescindir de servicios o funcionalidad.
Esto no es malo, siempre que sepamos qué no tendremos y estemos seguros de que podemos permitírnoslo.

De forma muy simplificada, podríamos decir que según nuestro grado de implicación en el proyecto y según la funcionalidad que queramos tener en la web, podremos optar a una web más barata o más cara.

Por ejemplo, una web muy barata podría consistir en que nuestro desarrollador web nos instale y configure en un servidor web, todo lo necesario para tener un sitio web autogestionable (si no sabes lo que es esto, te recomiendo que leas ¿Qué es un sitio web autogestionable? ) con una plantilla de diseño estándar y que nos diseñe una página de inicio.

En este caso habríamos prescindido de la personalización del diseño y de la carga de los textos y la configuración de menús. Serías tú quien iría añadiendo el resto de páginas y contenidos de la web.

El coste de esta web sería muy reducido, ya que únicamente nos facturarían la instalación/configuración y el diseño de la página de inicio.
Tampoco hemos hablado de dominio, hosting ni mantenimiento. Si estas tres cosas no las dejamos en manos de nuestro proveedor y las gestionamos nosotros, podemos reducir aún más costes.

Todo esto, claro está, a costa de implicarnos mucho en el proyecto. Desde luego no es la mejor opción para la mayoría de clientes, que buscan un cierto grado de despreocupación y de poder dejar en manos de profesionales todo lo relacionado con la puesta en marcha del sitio web. Pero la opción está ahí.

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